jueves, 14 de abril de 2011

MI RINCÓN DE POESÍA

" Cuando el hombre le abre el corazón a un libro, comparte con el todos sus secretos."
                                  Teresa Sobreviela.
Antonio Machado es mi poeta favorito, por eso lo hemos puesto el primero, pero todos se merecen estar en el primer puesto, poco a poco iremos escribiendo, sabiendo y disfrutando de la poesía y la vida de  todos ellos.
Espero que os guste este pequeño homenaje a los poetas Españoles.



Antonio Machado(1875-1939)

Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98.
Probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Vida Nació en Sevilla y vivió luego
en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros
poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que
conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas
fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los
que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo,
que morirá en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua.
Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel,
estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa
de Benamejí, de 1931. Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente
se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure,
donde murió en febrero.

RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
ABRIL FLORECÍA

Abril florecía
frente a mi ventana.
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido
vi las dos hermanas.
La menor cosía;
la mayor hilaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
—su aguja en el aire—,
miró a mi ventana.

La mayor seguía,
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca
que el lino enroscaba.
Abril florecía
frente a mi ventana.

Una clara tarde
la mayor lloraba
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que en su rueca hilaba.

—¿Qué tienes—le dije—,
silenciosa pálida?
Señaló el vestido
que empezó la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el blanco velo,
el dedal de plata.
Señaló la tarde
de abril que soñaba,
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me ensenó sus lágrimas...
Abril florecía
Frente a mi ventana.

Fue otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcón florido
solitario estaba...
Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste,
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca...
Tan sólo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio
espejo brillaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba...
Abril florecía
frente a mí ventana.

ANOCHE CUANDO DORMÍA

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un sol ardiente lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
machado.jpg (52225 bytes)


 

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